sábado, 28 de agosto de 2010

OBESIDAD, CUESTION DE CULTURA.

Muchos niños pasan menos tiempo que antes haciendo ejercicio y más tiempo frente al televisor, el ordenador o la videoconsola. Y las ajetreadas familias de hoy en día tienen menos tiempo libre para preparar comidas saludables, nutritivas y caseras. De la comida rápida a la electrónica, lo rápido y lo fácil parecen haberse impuesto en la mentalidad de muchas personas en este nuevo milenio.
Para prevenir el sobrepeso en su hijo, deberá adaptar la forma en que usted y su familia se alimentan y hacen ejercicio, así como la forma en que pasan el tiempo cuando están juntos. Para ayudar a un niño a llevar un estilo de vida saludable, sus padres deben empezar por darle un buen ejemplo, me a tocado ver a niños en el recreo que no juegan se sientan o se acuestan en un lugar, ya que su sobrepeso les produce flojera de moverse.
Hay diversos factores que contribuyen al sobrepeso. Pueden estar implicados los factores genéticos, el estilo de vida o una combinación de ambos. A veces, una ganancia excesiva de peso obedece a problemas endocrinos, síndromes genéticos y/o la toma de determinados medicamentos.
Gran parte de lo que comemos es fácil y rápido de preparar, desde las comidas rápidas cargadas de grasa hasta los alimentos precocinados listos para calentar al microondas. Tenemos los horarios tan apretados que nos queda poco tiempo para preparar comidas saludables o para hacer ejercicio. Y el tamaño de las raciones, tanto en casa como fuera de casa, ha aumentado considerablemente.
Además, en la actualidad la vida es más sedentaria que en el pasado; los niños pasan más tiempo jugando con equipos electrónicos, desde los ordenadores hasta las videoconsolas portátiles, que jugando activamente al aire libre. La televisión es uno de los principales culpables.
Los niños menores de 6 años pasan un promedio de 2 horas diarias delante de una pantalla, mayoritariamente viendo vídeos, DVDs, o programas de televisión. Los niños mayores y los adolescentes se pasan casi 4 horas diarias frente al televisor o computadora. ¡Si también incluimos los videojuegos, el tiempo que estos niños se pasan ante una pantalla aumenta a 5 horas y media diarias! Los niños que se pasan más de 4 horas diarias delante del televisor o computadora tienen más probabilidades de tener sobrepeso en comparación con aquellos que se pasan 2 horas o menos.
No es de extrañar que el hecho de tener televisión y computadora en el dormitorio también se asocie a una mayor probabilidad de desarrollar sobrepeso. En otras palabras, cuando los niños vuelven a casa tras la jornada escolar, ¡casi todo el tiempo libre que tienen lo pasan delante de algún tipo de pantalla!
Los factores genéticos también influyen; los genes contribuyen a determinar el tipo corporal y la forma en que el organismo de cada persona almacena y quema grasas, de la misma manera que contribuyen a determinar otros rasgos. De todos modos, los genes no pueden explicar la actual epidemia de obesidad. Puesto que, tanto los genes como los hábitos se transmiten de padres a hijos, es posible que varios miembros de la misma familia tengan problemas de sobrepeso.
Los miembros de la misma familia tienden a tener hábitos alimentarios similares, a mantener los mismos niveles de actividad física y a adoptar actitudes similares ante el sobrepeso. Los estudios han mostrado que el riesgo de obesidad de un niño aumenta considerablemente si uno o ambos progenitores tienen sobrepeso o son obesos.
La clave para conseguir que los niños de todas las edades mantengan un peso saludable consiste en implicar a toda la familia. Es la idea de "predicar con el ejemplo". No se lo deje a las autoridares para que les resuelva el problema o a las escuelas para que ya no vendan chatarras, se necesita que los padres se empiecen tambien a educar, dejar de ser ignorantes en cuestiones de alimentacion hacia sus hijos, hay que recordar que la educación por la casa empieza. Haga de la alimentación saludable y de la práctica del ejercicio físico una cuestión de familia. Pídale a su hijo que colabore en la elección y preparación de comidas saludables y lléveselo con usted cuando haga la compra para que aprenda a escoger alimentos saludables.
Evite caer en algunas de las trampas más comunes relacionadas con los alimentos y la comida:
No recompense a su hijo por su buena conducta ofreciéndole golosinas o dulces ni intente frenar el mal comportamiento castigándole a no tomarlos. Piense en otras formas de modificar su comportamiento.
No imponga la norma de "dejar siempre el plato limpio". Tenga en cuenta que el hambre es algo fluctuante y sea sensible a las pistas que le dé su hijo al respecto. Hasta los bebés que giran la cara en la dirección contraria a la del biberón o el pecho de sus madres les están enviando señales de que ya han comido bastante. Si su hijo ya está satisfecho, no le obligue a seguir comiendo. Refuerce la idea de que solo debe comer cuando tenga hambre.
No hable sobre "alimentos malos" o "alimentos prohibidos" ni elimine por completo todos los dulces y tentempiés favoritos de la dieta de su hijo. Los niños pueden rebelarse y comer cantidades excesivas de los alimentos prohibidos cuando están fuera de casa o traerlos a casa a escondidas.
Las autoridares deberian de hacer campañas publicitarias para concientizar a los padres de familia, sobre las formas en que se puede combatir la obesidad de sus hijos, ya que no bastara con cambiar el menú en las escuelas, y prohibirles comer chatarra a los alumnos e incluir contenidos de buena nutrición en los programas, si de todas formas al salir de la escuela el padre muy consentidor va y le compra unos chicharrones o papas fritas al niño y en su casa esta esperando el refresco de 2 litros en el refrigerador, pensemos en cambiar un poquito esa cultura que ya llevamos algunos años arrastrando de consumismo de azucares y grasas, ah y el buen juez por su casa empieza.


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